Futurama: El juego de Bender

Como se suele decir, no hay dos sin tres, y tal y como se esperaba, el mes pasado nos llegó la tercera película de 'Futurama'

Su sinopsis:

La empresa de Mamá está subiendo el precio del combustible estelar, la materia oscura, hasta límites desorbitados. Sólo hay una forma de detener su malvado monopolio: Juntar dos cristales de materia y anti-materia, surgidos de un experimento del profesor Farnsworth tiempo atrás y responsables de que los excrementos de los niblonianos se convirtiesen en fuente de energía. Pero un accidente les llevará a todos a un mundo paralelo de fantasía creado por la mente enferma de Bender, quien ha perdido la razón al usar su imaginación para jugar a Dragones y mazmorras...

Esta entrega, dirigida por el mismo director de la primera, Dwayne Carey-Hill, es un claro homenaje al juego Dragones y mazmorras.


Hasta ahora estaba bastante satisfecho con cómo se había adaptado la serie al formato de los largometrajes, pero en esta última película he sentido cierto desencanto porque tal vez esta trama en un capítulo de 20 minutos hubiese estado bien, pero en 85 minutos bajo mi punto de vista se resiente mucho. La historia tarda en arrancar, y luego se excede con las continuas referencias, sobretodo a 'El señor de los anillos'.


Pese a esto, sigue manteniendo esos golpes tan característicos de la serie por lo que en mi caso ha conseguido entretenerme, pero espero que la cuarta película raye al nivel de las dos primeras.


Ho!