Ayer pude ir al cine a ver 'Cisne negro' (Black swan), la última película de Darren Aronofksy, director de 'Réquiem por un sueño' o 'El luchador':
Vincent Cassel, Mila Kunis, Winona Ryder, y Barbara Hershey, son los principales actores de un reparto que Natalie Portman consigue ensombrecer por méritos propios.
Me metí en el cine pese a que la sinopsis no me llamaba lo más mínimo, aunque los tráilers me dejaban indiferente, y aunque el ballet no me gusta lo más mínimo... sólo por mi devota confianza en el cine de Aronofsky (pese a que sus dos últimas películas no han terminado de entusiasmarme) tenía que ir a verla. Y, aunque con matices, he de decir que no he salido nada decepcionado.
Digo con matices porque la primera hora y poco me ha parecido bastante nefasta, la historia no terminaba de arrancar, la dirección no me convencía, la trama me hacía incluso bostezar... en definitiva, una primera parte con la que, aún siendo generoso, suspendería la película. Pero, ¡ay amigo!, la segunda mitad de la película es como la noche y el día, un subidón impresionante, y un colofón final simplemente brutal.
Por otro lado, todas las actuaciones se mueven en un plano bastante correcto, pero cómo podréis imaginar Natalie Portman brilla de forma particular, y es que ella es el 99% de la película, el resto de actores son una simple comparsa, y con razón es una de las favoritas para llevarse el Oscar a mejor actriz de este año.
Por mi parte 'Cisne negro' es una película notable, pero esto es así por el buen sabor de boca que me deja el broche de oro que Aronofsky tenía preparado tras un inicio que particularmente considero mediocre.
Ho!
Nina Sayers es una bailarina emergente que consigue el puesto de sus sueños: el papel principal en la nueva versión de El Lago de los Cisnes> que prepara el director de su compañía, el francés Thomas Leroy. Frágil, nerviosa y siempre a la sombra controladora de su madre, Nina se muestra insegura de poder cumplir con el nivel de exigencia de Thomas, que duda de su capacidad para encarnar al seductor y salvaje cisne negro. Nina entablará amistad con una nueva bailarina de la compañía, Lilly, que es todo lo contrario que ella: espontánea, descarada, exudando sexo por todos sus poros. Pero lo que comienza como amistad pronto se torna hostilidad cuando Lilly empiece a recibir las atenciones de Thomas...
Vincent Cassel, Mila Kunis, Winona Ryder, y Barbara Hershey, son los principales actores de un reparto que Natalie Portman consigue ensombrecer por méritos propios.
Me metí en el cine pese a que la sinopsis no me llamaba lo más mínimo, aunque los tráilers me dejaban indiferente, y aunque el ballet no me gusta lo más mínimo... sólo por mi devota confianza en el cine de Aronofsky (pese a que sus dos últimas películas no han terminado de entusiasmarme) tenía que ir a verla. Y, aunque con matices, he de decir que no he salido nada decepcionado.
Digo con matices porque la primera hora y poco me ha parecido bastante nefasta, la historia no terminaba de arrancar, la dirección no me convencía, la trama me hacía incluso bostezar... en definitiva, una primera parte con la que, aún siendo generoso, suspendería la película. Pero, ¡ay amigo!, la segunda mitad de la película es como la noche y el día, un subidón impresionante, y un colofón final simplemente brutal.
Por otro lado, todas las actuaciones se mueven en un plano bastante correcto, pero cómo podréis imaginar Natalie Portman brilla de forma particular, y es que ella es el 99% de la película, el resto de actores son una simple comparsa, y con razón es una de las favoritas para llevarse el Oscar a mejor actriz de este año.
Por mi parte 'Cisne negro' es una película notable, pero esto es así por el buen sabor de boca que me deja el broche de oro que Aronofsky tenía preparado tras un inicio que particularmente considero mediocre.
Ho!
No estoy de acuerdo con lo del inicio mediocre, es decir, tampoco es comparable al resto de la película pero no me parece diréctamente tan malo.
ResponderEliminarSimplemente es flojo comparado con lo que viene después.
Una historia bastante oscura y retorcida, que te sume bastante bien en la atmósfera de la trama y que tiene un desarrollo lento. Destacaría la capacidad de inmersión que produce cada escena y la sensación de presión sobre el espectador, cuando me levanté de la butaca me dio la sensación de que pesaba más que cuando entré.
En definitiva, disfruté bastante.