A principios del 2008 se estrenó en nuestro país 'There will be blood' (título original), una película protagonizada por Daniel Day-Lewis basada en las primeras páginas de la novela 'Oil!' de Upton Sinclair.
La película dura dos horas y media, y está dirigida por el poco pródigo Paul Thomas Andersson.
No sé qué me pasa con el cine de Paul Thomas Andersson, pero aunque su estilo me encanta, sus películas ('Magnolia', 'Embriagado de amor'...) terminan dejándome cierto regusto de desencanto. Dicho esto, opino que 'Pozos de ambición' empieza bastante bien, y el estilo y la calma que Andersson le da a la película es genial, pero al final he terminado con la sensación de que el metraje se recrea en exceso en escenas donde no pasa nada, tomas bastante prescindibles, y en cambio, en situaciones más importantes se precipitan los hechos.
Esto ya de antemano podría echar atrás a más de uno, no es mi caso, ya que como he dicho, disfruto bastante de este tipo de cine, pero la parte final se me ha hecho tediosa, ya que parece como si el guion fuese a la deriva sin rumbo fijo, pero en contrapartida, hay que reconocer que Daniel Day-Lewis consigue con su actuación paliar cualquier altibajo.
Dicho todo esto, considero 'Pozos de ambición' una más que entretenida película, lo cual, teniendo en cuenta su metraje, y que la parte final no me ha terminado de gustar, es bastante elogiable.
Ho!
Daniel Plainview, un minero que ha conseguido montar una exitosa empresa de prospección petrolífera, y que ha que criar él sólo a un niño huérfano que ha tomado como hijo, recibe un misterioso chivatazo sobre una insignificante y polvorienta ciudad del Oeste donde el petróleo está comenzando a brotar a chorro de las entrañas de la tierra. Así, viajará a la pequeña ciudad de Little Boston a probar fortuna, y sus hallazgos le convertirán en un adinerado magnate del petróleo. A medida que su empresa vaya aumentando sus beneficios, sus intereses toparán con los de la pequeña comunidad de Little Boston, beata, conservadora, anacrónica, liderada por el carismático predicador Eli Sunday.
La película dura dos horas y media, y está dirigida por el poco pródigo Paul Thomas Andersson.
No sé qué me pasa con el cine de Paul Thomas Andersson, pero aunque su estilo me encanta, sus películas ('Magnolia', 'Embriagado de amor'...) terminan dejándome cierto regusto de desencanto. Dicho esto, opino que 'Pozos de ambición' empieza bastante bien, y el estilo y la calma que Andersson le da a la película es genial, pero al final he terminado con la sensación de que el metraje se recrea en exceso en escenas donde no pasa nada, tomas bastante prescindibles, y en cambio, en situaciones más importantes se precipitan los hechos.
Esto ya de antemano podría echar atrás a más de uno, no es mi caso, ya que como he dicho, disfruto bastante de este tipo de cine, pero la parte final se me ha hecho tediosa, ya que parece como si el guion fuese a la deriva sin rumbo fijo, pero en contrapartida, hay que reconocer que Daniel Day-Lewis consigue con su actuación paliar cualquier altibajo.
Dicho todo esto, considero 'Pozos de ambición' una más que entretenida película, lo cual, teniendo en cuenta su metraje, y que la parte final no me ha terminado de gustar, es bastante elogiable.
Ho!
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