Kirby's epic yarn

Después del excelente trabajo artístico realizado por Good feel en 'Wario land: The shake dimension', Nintendo decidió darle otra de sus IPs para que Kirby, después de un paso de velocidad por GameCube, volviera a su género, las plataformas, en una consola de sobremesa.

El juego, con un aire y una estética infantil, como si de un cuento se tratase, nos narra como:

Gracias a las malas acciones del malvado mago Zur-Zir, un tranquilo reino ha llegado a romperse en costuras. Por supuesto ahora que Kirby ha sido teletransportado a Patch Land, es solo cuestión de tiempo que los restos hecho jirones sean cosidos de nuevo. Con la ayuda de sus nuevas habilidades, y algunos amigos nuevos, no pasará mucho tiempo antes de que las cosas vuelvan a su normalidad.

'Kirby's epic yarn' cuenta con varios mundos, cada uno ambientado en diferentes temáticas, con cuatro fases, un jefe final, y dos fases extras. En cada fase podremos encontrar tres tesoros, y debemos recolectar cuentas que nos servirán para conseguir medallas en cada fase y para comprar telas y mobiliario que podremos usar para decorar nuestra casa.


Si bien estamos ante un título cuyo apartado artístico es simplemente genial, con desarrollo en 2D, gráficos también en 2D recreando un mundo de hilos, telas y parches... la jugabilidad se ve mermada por una paupérrima dificultad, claramente orientada a los más peques de la casa.

Teniendo en cuenta esto, y que el título lo pueden jugar dos jugadores de forma simultánea (usando cada uno un mando de Wii en posición horizontal), decidí jugarlo con mi pareja, y he de decir que pese a que el juego es facilón, la torpeza de un segundo jugador no habituado a los videojuegos me ha hecho tener que repetir alguna que otra fase, o incluso apurar más mi destreza para conseguirlo todo en cada fase, por lo que puedo decir que me he divertido bastante.


Aún tengo pendiente conseguir el 100%, tengo el 92% y sólo me faltan hacer las diversas misiones secundarias a modo de minijuegos que te ofrecen Esquivín y compañía (unos vecinos que tendremos), aunque, sinceramente, quizás se quede como está porque tampoco es que me apetezca mucho hacerlas...


Ho!