Ha llovido desde que Lewis Hamilton (ese piloto tan odiado por muchos) consiguiera su primer título, concretamente hace ya 6 años, pero hoy ha conseguido su segundo título tras una temporada donde su único rival era su propio compañero de equipo.
Esta temporada no ha habido equipo capaz de igualar a Mercedes (holgada campeona del título de constructoras), sólo Red Bull, con un sorprendente Ricciardo, ha conseguido arañarles tres victorias, el resto de victorias se las han repartido todas entre Hamilton y Rosberg, y aunque Hamilton ha conseguido más victorias que Rosberg, este ha llegado a la última carrera con posibilidades de ser campeón, posibilidades que se esfumaron cuando la falta de fiabilidad le ha impedido terminar ni siquiera en los puntos. Y es que este mundial de pilotos lo ha marcado sobretodo los problemas de fiabilidad que los Mercedes han mostrado en ocasiones.
Mi favorito para esta lucha era Rosberg (no en vano, es un pilto que sigo con interés desde que debutó en la F1), pero he de reconocer que Hamilton ha sido justo campeón ofreciendo además un gran espectáculo, y que a Rosberg le ha sobrado quizás algo de conformismo cuando ha contado con ventaja en la clasificación. Otro que también ha ofrecido buen espectáculo ha sido Ricciardo, en una temporada donde Red Bull no ha estado al nivel de sus últimos años, ha conseguido superar a Sebastian Vettel, y deletinarnos con unas memorables remontadas como la de este último GP. Y lo último reseñable de la temporada ha sido volver a ver a Williams luchando por podios.
Ahora, lo de siempre, baile de pilotos, Vettel a Ferrari, Alonso probablemente a McLaren, Kvyat a Red Bull...
Ho!
Esta temporada no ha habido equipo capaz de igualar a Mercedes (holgada campeona del título de constructoras), sólo Red Bull, con un sorprendente Ricciardo, ha conseguido arañarles tres victorias, el resto de victorias se las han repartido todas entre Hamilton y Rosberg, y aunque Hamilton ha conseguido más victorias que Rosberg, este ha llegado a la última carrera con posibilidades de ser campeón, posibilidades que se esfumaron cuando la falta de fiabilidad le ha impedido terminar ni siquiera en los puntos. Y es que este mundial de pilotos lo ha marcado sobretodo los problemas de fiabilidad que los Mercedes han mostrado en ocasiones.
Mi favorito para esta lucha era Rosberg (no en vano, es un pilto que sigo con interés desde que debutó en la F1), pero he de reconocer que Hamilton ha sido justo campeón ofreciendo además un gran espectáculo, y que a Rosberg le ha sobrado quizás algo de conformismo cuando ha contado con ventaja en la clasificación. Otro que también ha ofrecido buen espectáculo ha sido Ricciardo, en una temporada donde Red Bull no ha estado al nivel de sus últimos años, ha conseguido superar a Sebastian Vettel, y deletinarnos con unas memorables remontadas como la de este último GP. Y lo último reseñable de la temporada ha sido volver a ver a Williams luchando por podios.
Ahora, lo de siempre, baile de pilotos, Vettel a Ferrari, Alonso probablemente a McLaren, Kvyat a Red Bull...
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