Peter Parker intenta compaginar su papel como Spider-man, acabando con los villanos que amenazan la ciudad, con su relación con Gwen Stacy, que está en la cuerda floja por la promesa que le hizo a su padre de que la protegería de todo peligro, una promesa que simplemente no puede cumplir. Las cosas se complican cuando aparece un nuevo malvado con superpoderes, Electro, y regresa un viejo amigo, Harry Osborn, que ha heredado el imperio de su padre pero tiene sus propios conflictos morales. Al mismo tiempo, Peter descubre nuevas pistas sobre su pasado y sobre lo que ocurrió con sus padres.
La película vuelve a estar dirigida por Marc Webb, y protagonizada por Andrew Garfield y Emma Stone, con los añadidos de Dane DeHann y Jamie Foxx.
Ya comenté en su día que este reinicio me parecía totalmente innecesario, y con esta segunda entrega no hago más que reafirmarme, y es que a los guionistas no les vendría nada mal que se leyeran los cómics para evitar cosas como que Spidey sea considerado casi como un héroe nacional, incluso la tía Mae habla del trepamuros sin ponerlo a caldo (algo que en los cómics nunca pasaba).
Por otro lado han vuelto a cometer el mismo error que se cometió en 'Spider-man 3', abarcar mucho. En esta entrega la relación de Peter y Gwen, con sus altibajos, ha quedado muy embutida, Electro, que contaba con ser el villano principal, en ocasiones parece un simple secundario, el desarrollo del personaje de Harry Osborn es nulo, y la historia de los padres de Peter no aporta nada, y sobra. Por no hablar que de nuevo el sentido arácnido de Spider-man brilla por su ausencia...
De todas formas, sólo por el par de escenas que tiene Electro contra Spider-man la película ya cuenta con mi aprobado, me han gustado mucho, aunque también me han sabido a poco.
Ho!
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