Lucy es una joven estadounidense normal que estudia en Taipei. Una noche, tras irse de juerga, el chico con el que ha empezado a salir la convence para que entregue por él un maletín en un lujoso hotel. Lo que parecía un trabajo rápido se tuerce cuando el mafioso coreano a quien debía entregar el maletín decide utilizar a Lucy como mula involuntaria para la potente droga experimental que llevaba el maletín. Cuando la bolsa de droga que le han metido en su estómago se rompa, Lucy descubrirá que la droga tiene el poder de activar la capacidad cerebral hasta alcanzar el 100%, lo que le hace adquirir poderes asombrosos.
La película está protagonizada por Scarlett Johansson, Morgan Freeman, Mi-sik Choi, y Amr Waked.
Fantochada. Esa es la palabra que mejor describe mi opinión sobre el argumento de la película, y hay que verlo como tal para poder disfrutar de la película, una película que si bien termina perdida por unos derroteros donde parece que ni el director/guionista sabía por dónde tirar, toda la primera parte es muy destacable, desde la interpretación de Scarlett Johansson, hasta la mano más "videoclipera" de Luc Besson.
En los aspectos técnicos destaca sobretodo el buen hacer de Besson en las escenas de acción y en la escena de coches que no podía faltar, pero lo que más ha conseguido llamarme la atención fue el inicio tan arrollador gracias sobretodo a la intercalación de escenas propias de un documental para acompañar el mensaje que se iba dando. También he de destacar los temas de Eric Serra, que nos hacen recordar la nacionalidad de la película pese a la de los principales protagonistas.
Una pena que Lucy no se quedara en el 30 o en el 40% de su capacidad cerebral, porque a partir de ahí ya se había mostrado casi todo lo que pudiera sorprendernos, y aún quedaba casi media película.
Ho!
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