En 1954 Akira Kurosawa estrenó en Japón una de las películas más célebres de su filmografía como director, una película protagonizada por Takashi Shimura, Toshiro Mifune, Keiko Tsushima, Daisuke Kato, e Isao Kimura entre muchos otros.
La película dura casi tres horas y media.
No había escuchado más que elogios hacia esta película, y por ello la tenía pendiente de ver desde hacía muchos años, pero a veces cuesta ponerse a ver una película tan larga, y esto es precisamente uno de los mayores peros que le he encontrado a la película. Kurosawa ofrece escenas muy disfrutables, pero muchas ralentizan un ritmo ya de por sí bastante sosegado. Por otro lado, las actuaciones en las películas japonesas me resultan muchas veces muy exageradas y poco creíbles, y aquí no ha sido menos, y el apartado sonoro deja bastante que desear.
Aún así es una película sobre samuráis muy destacable, desde el momento en el que aparece Kambei es todo un ejercicio de homenaje a ese tipo de samuráis guiados por el honor, donde incluso Kikuchiyo, el más loco y menos noble de todos, demuestra unos principios que están incluso por encima de la humildad de los campesinos.
Bajo mi punto de vista película notoria, pero lejos de la obra maestra que tal vez esperaba.
Ho!
Hartos de ser periódicamente asaltados por una horda de bandidos, los habitantes de un poblado de campesinos deciden hacer algo al respecto. El miembro más anciano del pueblo sugiere contratar samuráis para que los defiendan. Tras varios intentos fallidos de encontrar samuráis dispuestos a luchar tan sólo a cambio de la comida, encuentran a uno llamado Kambei que decide ayudarles. Gracias a él consiguen reunir a un grupo de siete, y parten hacia el pueblo.
La película dura casi tres horas y media.
No había escuchado más que elogios hacia esta película, y por ello la tenía pendiente de ver desde hacía muchos años, pero a veces cuesta ponerse a ver una película tan larga, y esto es precisamente uno de los mayores peros que le he encontrado a la película. Kurosawa ofrece escenas muy disfrutables, pero muchas ralentizan un ritmo ya de por sí bastante sosegado. Por otro lado, las actuaciones en las películas japonesas me resultan muchas veces muy exageradas y poco creíbles, y aquí no ha sido menos, y el apartado sonoro deja bastante que desear.
Aún así es una película sobre samuráis muy destacable, desde el momento en el que aparece Kambei es todo un ejercicio de homenaje a ese tipo de samuráis guiados por el honor, donde incluso Kikuchiyo, el más loco y menos noble de todos, demuestra unos principios que están incluso por encima de la humildad de los campesinos.
Bajo mi punto de vista película notoria, pero lejos de la obra maestra que tal vez esperaba.
Ho!
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