De la mano de los hermanos Duffer (Matt y Ross), nos llega una serie de 8 capítulos producida por Netflix, 'Stranger things':
Entre un reparto con especial énfasis en los críos, destacan caras conocidas como la de Winona Ryder, David Harbour, Matthew Modine, o Cara Buono entre otros muchos.
Os mentiría si os dijera que sabía algo de la serie antes de verla, parte de la cronología de mi cuenta de Twitter no dejaba de soltar elogios sobre la serie, y como sólo eran ocho episodios decidí verla, y la verdad es que a grandes rasgos los elogios que he leído no son para nada exagerados, 'Stranger things' consigue hacer que los que nos hemos críado con el cine ochentero con niños teniendo increíbles aventuras con sus bicis, podamos disfrutar de una ambientación con sabor añejo.
De todas maneras, salvo eso, tampoco hay mucho que destacar. La historia resulta bastante floja, los personajes no terminaron de entusiasmarme en ningún momento (a veces da la sensación de que cada uno viene de una película diferente), y queda todo muy deslucido cuando ves que los guionistas recurren a que los personajes avancen la trama gracias a teorías acertadas sin ningún tipo de fundamento.
Aunque el arco ha quedado bastante cerrado, el final lo dejan lo suficientemente abierto para poder afrontar una segunda temporada.
Ho!
Hawkins, Indiana. El típico pueblo tranquilo donde nunca pasa nada. Hasta una noche de 1983, cuando la desaparición del pequeño Will Byers supone el inicio de una serie de fenómenos inexplicables.
Entre un reparto con especial énfasis en los críos, destacan caras conocidas como la de Winona Ryder, David Harbour, Matthew Modine, o Cara Buono entre otros muchos.
Os mentiría si os dijera que sabía algo de la serie antes de verla, parte de la cronología de mi cuenta de Twitter no dejaba de soltar elogios sobre la serie, y como sólo eran ocho episodios decidí verla, y la verdad es que a grandes rasgos los elogios que he leído no son para nada exagerados, 'Stranger things' consigue hacer que los que nos hemos críado con el cine ochentero con niños teniendo increíbles aventuras con sus bicis, podamos disfrutar de una ambientación con sabor añejo.
De todas maneras, salvo eso, tampoco hay mucho que destacar. La historia resulta bastante floja, los personajes no terminaron de entusiasmarme en ningún momento (a veces da la sensación de que cada uno viene de una película diferente), y queda todo muy deslucido cuando ves que los guionistas recurren a que los personajes avancen la trama gracias a teorías acertadas sin ningún tipo de fundamento.
Aunque el arco ha quedado bastante cerrado, el final lo dejan lo suficientemente abierto para poder afrontar una segunda temporada.
Ho!
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