Uno de los pocos títulos que quedaba por esperar en Wii U era la 5ª entrega de la saga 'Paper Mario', que tras su paso por 3DS vuelve a su sitio, las consolas de sobremesa.
Como el resto de entregas, el título ha sido desarrollado por Intelligent systems.
Tras la decepción que me supuso 'Paper Mario: Sticker star' no sabía muy bien qué esperar de esta nueva aventura de papel, y, bueno, tras un inicio donde llegué a plantearme el dejarlo a medias y venderlo, he terminado dedicándole casi 40 horas, completando entre un 95 y un 98% de todos los extras, y con la sensación de que es un juego con un desarrollo y un humor a la altura de las dos primeras entregas, que podría haber rozado perfectamente la excelencia, pero absurdamente lastrado por la herencia de su predecesor, y esto es: un sistema de combates soso y poco ágil, combates que en la práctica no son más que puro relleno, y cartas especiales que no hacen más que incordiar y en muchos casos obligarte a dar paseos de más.
Respecto a lo de las cartas especiales, es especialmente molesto, porque aunque en esta ocasión ocupan el mismo espacio que el resto de cartas, siguen ocupando espacio que muchas veces no tienes si quieres llevar un mazo variado para superar los niveles. Pero lo peor es que muchas veces terminas malgastándolas porque, cuando has de usar una determinada carta para un jefe, en ocasiones está clara cuál has de usar, pero otras veces no.
Y no recuerdo si esto también ocurría en la entrega de 3DS, pero 'Color splash' tiene el defecto de que el tema del dinero está muy mal equilibrado, a poco que juegues en algún concurso de "Piedra, papel y tijeras" te pasarás todo el juego con 9999 monedas que sólo bajará cuando compres alguna carta especial que hayas malgastado o que quieras donar al museo.
Sé que suena muy crítica esta reseña, ya que me he centrado en los defectos que Intelligent systems ha decidido mantener, pero por lo demás estamos ante un juego muy variado, al que he dedicado sesiones de horas sin que me aburriera lo más mínimo, muy vistoso, divertido, con guiños típicos de la saga, y también con algún que otro traspaso de la cuarta pared que me ha sacado más de una sonrisa. Si este juego hubiese devuelto la jugabilidad de los combates a los orígenes de la saga podría ser perfectamente una de las mejores entregas de la franquicia.
Ho!
La Isla Prisma era un colorido paraíso... hasta que algún desalmado se empeñó en desteñirla. Para averiguar quién anda detrás de semejante atrocidad y lograr que la isla recobre su encanto, Mario se alía con un intrépido bote de pintura llamado Baldo.
Como el resto de entregas, el título ha sido desarrollado por Intelligent systems.
Tras la decepción que me supuso 'Paper Mario: Sticker star' no sabía muy bien qué esperar de esta nueva aventura de papel, y, bueno, tras un inicio donde llegué a plantearme el dejarlo a medias y venderlo, he terminado dedicándole casi 40 horas, completando entre un 95 y un 98% de todos los extras, y con la sensación de que es un juego con un desarrollo y un humor a la altura de las dos primeras entregas, que podría haber rozado perfectamente la excelencia, pero absurdamente lastrado por la herencia de su predecesor, y esto es: un sistema de combates soso y poco ágil, combates que en la práctica no son más que puro relleno, y cartas especiales que no hacen más que incordiar y en muchos casos obligarte a dar paseos de más.
Respecto a lo de las cartas especiales, es especialmente molesto, porque aunque en esta ocasión ocupan el mismo espacio que el resto de cartas, siguen ocupando espacio que muchas veces no tienes si quieres llevar un mazo variado para superar los niveles. Pero lo peor es que muchas veces terminas malgastándolas porque, cuando has de usar una determinada carta para un jefe, en ocasiones está clara cuál has de usar, pero otras veces no.
Y no recuerdo si esto también ocurría en la entrega de 3DS, pero 'Color splash' tiene el defecto de que el tema del dinero está muy mal equilibrado, a poco que juegues en algún concurso de "Piedra, papel y tijeras" te pasarás todo el juego con 9999 monedas que sólo bajará cuando compres alguna carta especial que hayas malgastado o que quieras donar al museo.
Sé que suena muy crítica esta reseña, ya que me he centrado en los defectos que Intelligent systems ha decidido mantener, pero por lo demás estamos ante un juego muy variado, al que he dedicado sesiones de horas sin que me aburriera lo más mínimo, muy vistoso, divertido, con guiños típicos de la saga, y también con algún que otro traspaso de la cuarta pared que me ha sacado más de una sonrisa. Si este juego hubiese devuelto la jugabilidad de los combates a los orígenes de la saga podría ser perfectamente una de las mejores entregas de la franquicia.
Ho!
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