Hoy toca rescatar esta categoría para hablaros del aldeano (o aldeana), ese cascarón vacío con el que tenemos que interactuar si queremos jugar a cualquier entrega de la saga 'Animal crossing'. Pero es que aunque ese personaje no sea más que un avatar, sin personalidad alguna, sí tiene ciertos detalles muy turbios.
Lo primero que cabe destacar es que el aldeano es un crío, un crío que un día coge el tren o el autobús (según la entrega), así como si nada y se pira de casa, y todo apunta a que es ¡con el consentimiento de la madre!, pensadlo con detenimiento, ¿qué lleva a un crío a irse de casa?, ¿y por qué la madre se lo permite?, yo no quiero acusar a nadie, pero creo que el padre no es trigo limpio (y a diferencia de la madre tampoco es que muestre mucho interés en la aventura del niño). Por otro lado os recuerdo dónde termina el personaje, en un pueblo habitado por animales antropomórficos que tienen casas como las nuestras (aunque sin aseos y tal, y tampoco he visto letrinas en ningún pueblo), y si algo me ha enseñado el cine y la literatura es que cuando algo así ocurre es o porque el personaje tiene un trauma personal muy chungo que le hace abstraerse de la realidad, o porque le da al cannabis a base de bien.
El tema es que el personaje va por la vida con una mano delante y otra detrás, así que a las primeras de cambio se deja engatusar por un mapache usurero que lo esclaviza por los siglos de los siglos, forzándole a trabajar a su tierna edad, ya sea de repartidor, recadero, cazador, arqueólogo, pescador, haciendo chanchullos de compra/venta, especulando con la bolsa del mercado de nabos... y todo sin declarar ni tributar. Esto tiene aún más miga cuando pensamos que en la entrega sacada para 3DS el personaje además ejerce de alcalde, tan pequeño y ya corrupto, y encima, lejos de alcanzar el cargo de forma democrática, lo consigue de forma irregular, a dedo.
El nivel de corrupción del personaje no tiene límites, muchas veces no respeta las zonas verdes, tala árboles con años a sus espaldas por el simple hecho de que no le gusta o le molesta, no respeta los jardines y las flores, en vez de plantar flores en una maceta en su casa las planta en cualquier sitio del pueblo sin consultar a sus vecinos, asfalta donde le place, coloca puentes y edificios públicos donde le da la gana, sin respetar ningún plan urbanístico que pudiera haber (aunque también demuestra pocas luces y cierta honradez, ya que todo esto lo paga de su bolsillo, no de las arcas municipales), hace obras en su vivienda sin pedir permiso de obras, el mapache usurero tiene vía libre para edificar casas allí donde le dé la gana y cambiar los horarios comerciales a su antojo, me atrevería a decir que la mayoría de comercios no cuentan con su licencia de actividad... en ese pueblo parece haber un atasco de influencias demasiado grande.
También sabemos que es vegano, porque sólo come frutas, los peces sólo los pesca para donarlos al museo, para venderlos, o para ponerlos en una pecera (y eso sin tener licencia de pesca), y a los animales no se los come, sólo habla con ellos. Quizás por esto, por la falta de proteínas y tal, el chaval tenga estos delirios, que le llevan incluso a liarse a hostia limpia con otros personajes de Nintendo en la última entrega del 'Super smash bros.', siempre además con una sonrisa que nos hace dudar de si no es un sociópata. Y también es un guarro de cuidado, hasta el punto de que yo nunca le había visto darse un baño, salvo que salga a pasear por el pueblo mientras llueve (en la última entrega al menos puede darse un baño en el mar de vez en cuando), y puede tirarse todo el juego con la misma ropa que nadie le dirá nada. Eso sin olvidarnos de que es un personaje propenso a tener síndrome de Diógenes.
Sea como sea, como podéis ver es todo muy turbio, y ninguna de las dos explicaciones de todo esto puede resultar positiva, ya que o el personaje tiene muchos traumas psicológicos que le han llevado a ese punto de no retorno, o las drogas le han llevado a terminar en un callejón maloliente donde sueña con toda la fantochadas sin sentido del juego.
Ho!
Lo primero que cabe destacar es que el aldeano es un crío, un crío que un día coge el tren o el autobús (según la entrega), así como si nada y se pira de casa, y todo apunta a que es ¡con el consentimiento de la madre!, pensadlo con detenimiento, ¿qué lleva a un crío a irse de casa?, ¿y por qué la madre se lo permite?, yo no quiero acusar a nadie, pero creo que el padre no es trigo limpio (y a diferencia de la madre tampoco es que muestre mucho interés en la aventura del niño). Por otro lado os recuerdo dónde termina el personaje, en un pueblo habitado por animales antropomórficos que tienen casas como las nuestras (aunque sin aseos y tal, y tampoco he visto letrinas en ningún pueblo), y si algo me ha enseñado el cine y la literatura es que cuando algo así ocurre es o porque el personaje tiene un trauma personal muy chungo que le hace abstraerse de la realidad, o porque le da al cannabis a base de bien.
El tema es que el personaje va por la vida con una mano delante y otra detrás, así que a las primeras de cambio se deja engatusar por un mapache usurero que lo esclaviza por los siglos de los siglos, forzándole a trabajar a su tierna edad, ya sea de repartidor, recadero, cazador, arqueólogo, pescador, haciendo chanchullos de compra/venta, especulando con la bolsa del mercado de nabos... y todo sin declarar ni tributar. Esto tiene aún más miga cuando pensamos que en la entrega sacada para 3DS el personaje además ejerce de alcalde, tan pequeño y ya corrupto, y encima, lejos de alcanzar el cargo de forma democrática, lo consigue de forma irregular, a dedo.
El nivel de corrupción del personaje no tiene límites, muchas veces no respeta las zonas verdes, tala árboles con años a sus espaldas por el simple hecho de que no le gusta o le molesta, no respeta los jardines y las flores, en vez de plantar flores en una maceta en su casa las planta en cualquier sitio del pueblo sin consultar a sus vecinos, asfalta donde le place, coloca puentes y edificios públicos donde le da la gana, sin respetar ningún plan urbanístico que pudiera haber (aunque también demuestra pocas luces y cierta honradez, ya que todo esto lo paga de su bolsillo, no de las arcas municipales), hace obras en su vivienda sin pedir permiso de obras, el mapache usurero tiene vía libre para edificar casas allí donde le dé la gana y cambiar los horarios comerciales a su antojo, me atrevería a decir que la mayoría de comercios no cuentan con su licencia de actividad... en ese pueblo parece haber un atasco de influencias demasiado grande.
También sabemos que es vegano, porque sólo come frutas, los peces sólo los pesca para donarlos al museo, para venderlos, o para ponerlos en una pecera (y eso sin tener licencia de pesca), y a los animales no se los come, sólo habla con ellos. Quizás por esto, por la falta de proteínas y tal, el chaval tenga estos delirios, que le llevan incluso a liarse a hostia limpia con otros personajes de Nintendo en la última entrega del 'Super smash bros.', siempre además con una sonrisa que nos hace dudar de si no es un sociópata. Y también es un guarro de cuidado, hasta el punto de que yo nunca le había visto darse un baño, salvo que salga a pasear por el pueblo mientras llueve (en la última entrega al menos puede darse un baño en el mar de vez en cuando), y puede tirarse todo el juego con la misma ropa que nadie le dirá nada. Eso sin olvidarnos de que es un personaje propenso a tener síndrome de Diógenes.
Sea como sea, como podéis ver es todo muy turbio, y ninguna de las dos explicaciones de todo esto puede resultar positiva, ya que o el personaje tiene muchos traumas psicológicos que le han llevado a ese punto de no retorno, o las drogas le han llevado a terminar en un callejón maloliente donde sueña con toda la fantochadas sin sentido del juego.
Ho!
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