En el 2015 (2016 en España) se estrenó 'Bakemono no ko', una película de animación japonesa del estudio Chizu con una duración de un par de horas.
La película está dirigida por Mamoru Hosoda, su cuarta película editada en nuestro país.
Como tengo la sensación de que siempre que hablo de una película de Hosoda me repito, hoy empezaré directamente a explicar por qué, y es que empiezo a sacar dos conclusiones tras ver cuatro de sus películas. Hosoda está llamado a ser un digno sucesor del legado de Ghibli, pero aunque es un director tremendamente regular, y sus películas se mueven siempre bajo la notoriedad (al menos en mi opinión), parece que ese es su tope, y es que en el caso de 'El niño y la bestia' vuelvo a tener la sensación de que a Hosoda le falta un par de peldaños para ofrecer una película a la altura de las grandes obras de animación.
Pese a esto, insisto en que estamos de nuevo ante una película notable, con una historia peculiar, del estilo que derrocha Hosoda, que aunque parece abocada a ciertos convencionalismos no duda en escapar de ellos, al menos durante buena parte de la segunda parte de la película, para terminar ofreciendo lo prometido. Y de nuevo poco se puede reprochar al genial apartado artístico y de animación, aunque sigo echando de menos una banda sonora más destacable.
Pese a la, quizás, excesiva exigencia que he mostrado inicialmente hacia Hosoda, eso no quita para que me parezca un visionado muy recomendable.
Ho!
Kyuta es un niño solitario que vive en Tokio, y Kumatetsu es una criatura sobrenatural aislada en un mundo imaginario. Un día el niño cruza la frontera al mundo imaginario y entabla amistad con Kumatetsu, que se convierte en su amigo y guía espiritual. Este encuentro los llevará a multitud de aventuras.
La película está dirigida por Mamoru Hosoda, su cuarta película editada en nuestro país.
Como tengo la sensación de que siempre que hablo de una película de Hosoda me repito, hoy empezaré directamente a explicar por qué, y es que empiezo a sacar dos conclusiones tras ver cuatro de sus películas. Hosoda está llamado a ser un digno sucesor del legado de Ghibli, pero aunque es un director tremendamente regular, y sus películas se mueven siempre bajo la notoriedad (al menos en mi opinión), parece que ese es su tope, y es que en el caso de 'El niño y la bestia' vuelvo a tener la sensación de que a Hosoda le falta un par de peldaños para ofrecer una película a la altura de las grandes obras de animación.
Pese a esto, insisto en que estamos de nuevo ante una película notable, con una historia peculiar, del estilo que derrocha Hosoda, que aunque parece abocada a ciertos convencionalismos no duda en escapar de ellos, al menos durante buena parte de la segunda parte de la película, para terminar ofreciendo lo prometido. Y de nuevo poco se puede reprochar al genial apartado artístico y de animación, aunque sigo echando de menos una banda sonora más destacable.
Pese a la, quizás, excesiva exigencia que he mostrado inicialmente hacia Hosoda, eso no quita para que me parezca un visionado muy recomendable.
Ho!
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