El año pasado se estrenó la octava entrega principal de la saga 'Star wars' (la segunda bajo la batuta de Disney), escrita y dirigida en esta ocasión por Rian Johnson.
La película cuenta con prácticamente el mismo reparto protagonista que la séptima entrega, con el añadido de Mark Hamill.
Pese a mi indiferencia por la saga, reconozco que la polémica que he visto en torno a esta película ha despertado mi curiosidad por verla, y la verdad, no sé por qué tanto revuelo, porque a mí personalmente me ha parecido una película en la línea de lo que es la saga, aunque ciertamente comprendo a los que se puedan haber sentido decepcionados, pues el resultado en general me parece algo mediocre, con un ritmo muy dispar entre las diferentes tramas, con bastantes momentos de vergüenza ajena, y con un guion bastante escueto para las dos horas y media que dura la película.
En los aspectos técnicos no hay nada que reprochar a la película, estamos de nuevo ante un escaparate de naves espaciales disparándose entre sí, y algún que otro momento de desenfundar las espadas láser, aunque personalmente no recuerdo ninguna escena memorable. En cuanto a las actuaciones, no es algo que destacaría en este tipo de películas.
Una película más de la saga que actualmente creo que se limita a vivir de las viejas rentas, sin demasiada ambición.
Ho!
Rey acude a la remota isla dónde el mítico Luke Skywalker se halla retirado en busca del adiestramiento que le permita dominar las habilidades de los jedi. Ahí descubre que el antiguo héroe de la resistencia se halla desencantado y desapegado del devenir de la galaxia. Después del fiasco que supuso el entrenamiento de Ben Solo (alias Kylo Ren), Luke decidió poner fin a los jedi y por lo tanto se niega a ejercer de maestro una vez más. Rey no aceptará tal negativa y buscará la forma de dar un giro a la situación.
Por otra parte, las fuerzas de Snoke acosan sin descanso a la resistencia y han enviado al general Hux, un hombre fiero y belicoso, para que los aplaste sin compasión. Por tal de controlar a Hux, Snoke también ha enviado a Kylo Ren, su hombre de confianza.
La película cuenta con prácticamente el mismo reparto protagonista que la séptima entrega, con el añadido de Mark Hamill.
Pese a mi indiferencia por la saga, reconozco que la polémica que he visto en torno a esta película ha despertado mi curiosidad por verla, y la verdad, no sé por qué tanto revuelo, porque a mí personalmente me ha parecido una película en la línea de lo que es la saga, aunque ciertamente comprendo a los que se puedan haber sentido decepcionados, pues el resultado en general me parece algo mediocre, con un ritmo muy dispar entre las diferentes tramas, con bastantes momentos de vergüenza ajena, y con un guion bastante escueto para las dos horas y media que dura la película.
En los aspectos técnicos no hay nada que reprochar a la película, estamos de nuevo ante un escaparate de naves espaciales disparándose entre sí, y algún que otro momento de desenfundar las espadas láser, aunque personalmente no recuerdo ninguna escena memorable. En cuanto a las actuaciones, no es algo que destacaría en este tipo de películas.
Una película más de la saga que actualmente creo que se limita a vivir de las viejas rentas, sin demasiada ambición.
Ho!
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