Un niño agrede a otro en el patio de un colegio. Los padres de ambos muchachos se reúnen cordialmente para intentar buscar una solución dialogada a este problema. Sin embargo, lo que empieza de manera diplomática acaba derivando hacia una auténtica crisis donde los dardos envenenados se lanzan por doquier incluso dentro de los propios matrimonios.
La película está protagonizada por Jodie Foster, Kate Winslet, Christoph Waltz y John C. Reilly.
Con semejante reparto sólo cabe esperar unas buenas actuaciones, y siendo la película una adaptación de la obra de teatro de Yasmina Reza ('Le dieu du carnage') también cabe esperar una película ágil, con diálogos trepidantes, y sin necesidad de muchos escenarios. Cabía esperar todo eso, y la película lo ofrece con nota, y aunque con semejante base y reparto parece que el director lo tenía todo hecho, Polanski no se queda atrás esmerándose en mimar cada plano y construyendo una atmósfera idónea, con un ritmo que te atrapa desde un principio (con decir que yo no tenía intención de ver la película pero fue empezar a verla por la tele y...).
Cabe decir que el guion está lastrado al principio donde los personajes se mantienen en la casa un par de veces con excusas poco creíbles y con poco fuste, pero una vez salvados esos pequeños peros, el resto resulta tremendamente divertido y muy ágil, con unos personajes muy bien construidos, cuya evolución va desde la coordialidad hasta que, poco a poco, todos se van quitando sus caretas, y empiezan a divagar con temas que nada tienen que ver.
Una agradable y más que entretenida película, muy ligera además gracias a su corta duración (79 minutos).
Ho!
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