Dirigida por Sunao Katabuchi, 'En este rincón del mundo' es la adaptación cinematográfica del manga de Fumiyo Kono.
La película se estrenó a finales del 2016, aunque en España no nos llegó hasta mediados del 2017.
No son pocas las películas o los mangas que hacen referencia a lo que supuso la segunda guerra mundial para Japón, y la obra de Kono realmente no aporta nada que no supiéramos, salvo mostrar la guerra desde un punto más costumbrista, y es que aquí el protagonismo no recae en la guerra, recae en el día a día de Suzu.
A nivel creativo, la película es bastante bonita dentro de la sencillez que desborda, aunque cabe decir que brilla mucho más cuando se acerca al arte original y más artesanal de Fumiyo Kono, todo ello acompañado por un apartado sonoro que ayuda bastante a conseguir ese aspecto melancólico que busca ofrecer.
El mayor pero es que quizás se alarga demasiado, llegando a ser a veces muy redundante en su rutina habitual, pero aún así no creo que se haga pesada en ningún momento.
Ho!
Año 1944, Suzu es una muchacha de 18 años a la que le encanta dibujar cuya vida cambia por completo cuando recibe una propuesta de matrimonio. De esta forma, la joven se convierte en la esposa de Shusaku, un funcionario judicial del tribunal militar, y se traslada a vivir con la familia de este a la ciudad de Kure, a pocos kilómetros de Hiroshima. Allí convive con sus amables suegros, su estricta cuñada y su dulce sobrina política mientras la guerra en el Pacífico se intensifica y los suministros comienzan a escasear. Un día, recibe la visita de Tetsu, su mejor amigo de la infancia, cuyo barco se encuentra atracado en el puerto de Kure y que despierta en ella sentimientos que creía olvidados. Poco después comienzan los bombardeos y llega el fatídico verano de 1945…
La película se estrenó a finales del 2016, aunque en España no nos llegó hasta mediados del 2017.
No son pocas las películas o los mangas que hacen referencia a lo que supuso la segunda guerra mundial para Japón, y la obra de Kono realmente no aporta nada que no supiéramos, salvo mostrar la guerra desde un punto más costumbrista, y es que aquí el protagonismo no recae en la guerra, recae en el día a día de Suzu.
A nivel creativo, la película es bastante bonita dentro de la sencillez que desborda, aunque cabe decir que brilla mucho más cuando se acerca al arte original y más artesanal de Fumiyo Kono, todo ello acompañado por un apartado sonoro que ayuda bastante a conseguir ese aspecto melancólico que busca ofrecer.
El mayor pero es que quizás se alarga demasiado, llegando a ser a veces muy redundante en su rutina habitual, pero aún así no creo que se haga pesada en ningún momento.
Ho!
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