A principios de este año se estrenó en nuestros cines 'Kaiju no kodomo', una película dirigida por Ayumu Watanabe con una banda sonora a cargo del célebre Joe Hisaishi.
La película es una adaptación del manga de Daisuke Igarashi.
Que en Japón muchas veces no son nada amigos de contextualizar sus historias, o incluso de dar las oportunas explicaciones, es algo que he visto en muchas obras, a muchos autores les gusta dejar ciertas ambigüedades que den paso a que el espectador debata sobre ello y pueda llegar a su propia interpretación. No tengo ningún problema en que esto ocurra, siempre y cuando lo que se vea en pantalla tenga cierto sentido, o como mínimo, una base que pueda dar pie a que ocurran ciertas cosas fantásticas.
El problema de 'Los niños del mar' es que nada de esto ocurre en su segunda mitad, la película es un derroche visual, con una estupendo uso del CGI al servicio de un acabado más tradicional, y con una historia interesante en su primera hora, pero Watanabe decide tirar por los derroteros de sentenciar la historia con un clímax de veinte minutos sin mayor sentido que el de encadenar un espectáculo a nivel de animación (también algo soporífero), y sin molestarse en tratar de explicar qué está pasando y por qué. Sí, puedo hacer mis propias interpretaciones, pero la sensación que me queda es que no merece la pena, porque en estas circunstancias cualquier disparate puede ser válido.
En resumen, una especie de cuadro abstracto, muy bonito de ver, pero quizás insuficiente para lo que debería ser una película que trata de explicar una historia.
Ho!
Ruka, una estudiante de secundaria a la que le cuesta expresar sus sentimientos, visita el acuario donde trabaja su padre y conoce a dos jóvenes, Umi y Sora, nadando entre las ballenas. El encuentro entre los tres activará una serie de fenómenos sobrenaturales, pero hay quienes saben que estos sucesos están relacionados con Umi y Sora, y tratarán de utilizarlos en su propio beneficio.
La película es una adaptación del manga de Daisuke Igarashi.
Que en Japón muchas veces no son nada amigos de contextualizar sus historias, o incluso de dar las oportunas explicaciones, es algo que he visto en muchas obras, a muchos autores les gusta dejar ciertas ambigüedades que den paso a que el espectador debata sobre ello y pueda llegar a su propia interpretación. No tengo ningún problema en que esto ocurra, siempre y cuando lo que se vea en pantalla tenga cierto sentido, o como mínimo, una base que pueda dar pie a que ocurran ciertas cosas fantásticas.
El problema de 'Los niños del mar' es que nada de esto ocurre en su segunda mitad, la película es un derroche visual, con una estupendo uso del CGI al servicio de un acabado más tradicional, y con una historia interesante en su primera hora, pero Watanabe decide tirar por los derroteros de sentenciar la historia con un clímax de veinte minutos sin mayor sentido que el de encadenar un espectáculo a nivel de animación (también algo soporífero), y sin molestarse en tratar de explicar qué está pasando y por qué. Sí, puedo hacer mis propias interpretaciones, pero la sensación que me queda es que no merece la pena, porque en estas circunstancias cualquier disparate puede ser válido.
En resumen, una especie de cuadro abstracto, muy bonito de ver, pero quizás insuficiente para lo que debería ser una película que trata de explicar una historia.
Ho!
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