Vida oculta

Escrita y dirigida por Terrence Malick, 'Radegund' (título original) es una película que se estrenó en nuestros cines a principios de año:

 

La historia de Franz Jägerstätter, un campesino austríaco objetor de conciencia que se niega a luchar junto a los nazis al inicio de la Segunda guerra mundial.
Cuando en 1938 las tropas nazis toman el control de Austria y empiezan a recorrer el país para reclutar a los habitantes para aumentar su número de tropas, Franz, como el resto de la población, se incorpora a filas. Más adelante se niega a seguir en ese ejército, con lo cual se arriesga a que la acusación de traición se castigue con una sentencia de muerte. Durante su tortuoso trance lo que mantendrá viva la llama de su espíritu será su amor por su esposa Fani y sus hijas.

 

La película está protagonizada por August Diehl y Valerie Pachner.

Tras haber visto ya dos películas de la filmografía de Malick, ya me imaginaba un poco lo que me iba a encontrar con 'La vida oculta': una película con un ritmo pausado, pomposa, que no duda en pararse continuamente para recrearse en su fotografía, y con una historia que seguramente no necesitaba las casi tres horas que dura la película.

La historia, basada en hechos reales, es bastante interesante, pero particularmente creo que Malick se centra tanto en su particular poesía visual, que posiblemente edulcora en exceso los sucesos así como la crudeza que tuvieron que vivir tanto él como su familia (es que hay momentos donde incluso parecen felices en esa situación). Por otro lado no diré que no entienda las razones que llevan al protagonista a su situación, ni el enorme valor que da a sus principios, pero a Malick le cuesta mucho representar mejor las motivaciones del protagonista, y cómo es capaz de llegar a la situación a la que llegó arrastrando además a su mujer en esa caída.

 

 

Así que de nuevo nos encontramos con una película técnicamente implecable, con una fotografía y una banda sonora preciosas, pero que a la hora de contar una historia interesante se pierde en su habitual exceso de lírica (aunque hay que reconocer que en este caso Malick se ha contenido más que en 'El árbol de la vida').

 

 

Ho!