Una mujer sumamente pobre,se ve en la necesidad de abandonar a su hijo, así que decide dejarlo en el coche de una familia rica. Pero unos maleantes roban el vehículo y, al darse cuenta de que hay un niño dentro, lo dejan en un rincón de los suburbios. Allí lo encuentra un vagabundo, que pese a su reticencia inicial decide criarlo. Cinco años después la madre se ha convertido en una popular cantante, pero sigue añorando a su hijo, sin saber que es uno de los niños pobres a los que ayuda cuando visita los arrabales.
Aprovechando que se ha cumplido el centenario de la película, se ha estrenado en cines una edición restaurada en 4K.
No me constaba que hubiese visto esta película, y como actualmente hay pocos estrenos en el cine, me pareció un buen plan pasarme por mi cine habitual para verla, ya que seguramente la disfrutaría mucho más en la gran pantalla que no en casa. Y aunque el plan de verla por primera vez en el cine se fue al traste a medida que me iba dando cuenta de que me sonaban muchas escenas (por lo que probablemente ya la vi de pequeño), cabe decir que ha sido una experiencia muy entretenida y divertida.
La trama es bastante sencilla, pero Chaplin la lleva sobre ruedas con un ritmo estupendo durante la hora que dura gracias a su humor tan entrañable, y algún que otro momento tierno. Y aunque las actuaciones de la época eran bastante más exageradas, hay que reconocer que la expresiva interpretación del jovencísimo Jackie Coogan (el chico) me ha sorprendido en algunos momentos.
Pese a que la tónica general ha sido notable, también es cierto que la película está quizás algo alargada para lo que realmente cuenta, pero me ha recordado que a veces la buena comedia puede ser tremendamente sencilla.
Ho!
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