Hace un par de semanas salió a la venta la nueva entrega de una de las sagas más emblemáticas de Nintendo, 'The legend of Zelda: Tears of the kingdom', para Nintendo Switch.
En esta entrada explicaré un poco las primeras impresiones que he ido sacando tras unas 25, o más, horas de juego, en las cuales ya os digo que tengo la sensación de haber hecho muy poco, y que me queda muuuucho por delante.
Empezaré por mis primeras impresiones positivas, y es que esta entrega pese a ser muy continuista respecto a 'Breath of the wild', mantiene la misma base jugable, te invita a perderte y te distrae con muchísimas cosas constantemente, y estoy seguro de que va a ser un auténtico "comehoras". Bien es cierto que ya no está ese factor sorpresa, pero el hecho de que nos cambien los poderes nos ofrece una jugabilidad muy fresca, y ayuda a que las posibilidades del juego aumenten mucho, sobretodo gracias a todos los "cachivaches" que podemos montarnos. También me ha gustado que a parte de ver la historia por sus recuerdos, también tenga una historia presente con mayor peso y un desarrollo mucho más marcado.
Pero por contra hay muchas cosas que no me han convencido lo más mínimo, y que me dan mucha pereza. Lo primero es el tema del mapa, no me ha gustado que te pongan el mismo mapa de Hyrule de su predecesor, porque me da pereza tener que volver a explorar algo a lo que ya le dediqué sus horas. Por otro lado, el juego cuenta con más mapas: el del cielo con las islas, y el del submundo, pero el problema es que el del submundo está a oscuras, has de explorarlo con objetos que brillen, y resulta muy tedioso (actualmente prefiero evitarlo, intentaré no volver a bajar hasta que no me quede otra).
Tampoco me ha gustado lo que han hecho con las armas aquí, si ya me gustaba poco el hecho de que las armas se rompan sólo con mirarlas, ya os podéis imaginar mi opinión al hecho de que en esta ocasión se rompan incluso con más facilidad, obligándote a ir combinándolas con otros objetos para alargar algo su escasa durabilidad (por no hablar de lo horrible que es andar con una espada con una piedra en la punta pinchada como si fuera una aceituna).
Pero lo que menos me ha gustado ha sido sin duda el primer templo que he hecho (el del aire), había leído comentarios que indicaban que habían mejorado mucho las mazmorras respecto a 'Breath of the wild' (cosa fácil), pero tras esto ya no sé qué pensar, porque yo me niego a considerar eso como una mazmorra. Simple de tirar hacia adelante todo el rato sin mayor complicación, con un puzle al final más sencillo que muchos santuarios, y con un jefe final que no sólo ha sido un paseo (lo he pasado peor con enemigos rasos que he encontrado por el camino), es que además tiene uno de los peores diseños que nunca he visto para un jefe final.
En fin, me quedan muchas horas por delante y es posible que estas primeras impresiones mejoren, pero realmente me sorprende que los medios hayan encumbrando un juego que parece haber apostado simplemente por expandir todo lo de su predecesor, tanto lo bueno como lo malo.
Ho!
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