Como "blockbuster" del verano, esta año la mayor apuesta ha sido sin duda la de Sony llevando a la gran pantalla una historia bajo el logo de una de sus franquicias de PlayStation: 'Gran turismo'.
Basada en la historia real de Jann Mardenborough, la película narra la historia de un joven jugador de Gran Turismo que, gracias a sus habilidades con los videojuegos, gana una serie de competiciones de Nissan para convertirse en un piloto de carreras profesional.
La película está dirigida por Neill Blomkamp, con Archie Madekwe, David Harbour y Orlando Bloom, entre otros, bajo su batuta.
Desde luego, la premisa de una película basada en un videojuego de carreras no es que me llamara mucho la atención, y menos después del fallido intento que hubo en el 2014 con 'Need for speed', pero aquí al menos la historia parte de una base real, que con su parte de superación por aquí, su dramatización por allí, y su toque de emoción por allá, consigue, dentro de su convencionalismo, tener alma propia.
Y no es que destaque en muchos aspectos, las actuaciones son cumplidoras sin más, los acontecimientos son bastante predecibles (tanto que incluso cuesta creer que esté basada en una historia real), pero en general todo funciona bastante bien, y la puesta en escena de Neill Blomkamp le da un plus de espectacularidad a los momentos en la pista.
No cabe duda de que es una película pensada en primer orden para los fans de la saga de videojuegos, y en segundo lugar para los fans de las películas de carreras y del motor, pero en general estamos ante una película que, pese a sus altibajos y su propio (y excesivo) autobombo, funciona bastante bien dentro del género en el que se mueve.
Ho!
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