Al principio de temporada todo parecía que, de nuevo, Red Bull y Verstappen iban a arrasar como una apisonadora, pero vete aquí que tras un principio arrollador algo cambió en el RB20, y Verstappen empezó a sufrir con un coche que ya no parecía tan dominador y dócil, al mismo tiempo que McLaren empezó a mostrarse como el mejor coche de la temporada.
Todo y esto, Verstappen no sólo supo sacar rédito a su ventaja, minimizando daños en cada GP donde su coche no terminaba de estar arriba (para que os hagáis una idea, Pérez ha terminado la temporada 8º), con la caña lista para pescar siempre en ríos revueltos, y, además, dando mucha guerra a un Norris que, muy probablemente, cada vez que se encontraba a Verstappen en pista, le entraba un sudor frío. No me cabe otra que decir que esta ha sido la mejor temporada que he visto del piloto neerlandés, polémico, duro, sucio en ocasiones, pero con unas actuaciones magistrales en muchos momentos donde su coche no era el mejor ni mucho menos.
Por parte de McLaren, justos merecedores del campeonato de constructores, este año su coche ha sido, sobretodo en la segunda mitad de la temporada, el mejor salvo en algún GP puntual, y con la excelente pareja de pilotos que tiene, hay que tenerlos muy en cuenta para el campeonato del año que viene (salvo que no atinen en el diseño del nuevo monoplaza, o que desde el muro no sepan gestionar bien la evolución del prometedor Piastri y el carácter de Norris).
En cuanto a Ferrari, sí es cierto que ha tenido posibilidades de llevarse el campeonato de constructoras hasta hoy, pero ha sido mucho más intermitente que McLaren, y en Ferrari no parece que ninguno de sus pilotos termine de dar un plus a lo que ofrece el coche. Tanto Leclerc como Sainz han ganado carreras, sí, y han hecho podios, sí, pero sólo cuando su coche era el mejor (y no siempre), o cuando los de delante se iban descalabrando.
La temporada de Mercedes en cambio ha sido todo lo contrario, con un coche que en la mayoría de GPs deambulaba por tierra de nadie, y que sólo en algún GP, o con algún acierto de sus pilotos, ha conseguido rascar alguna victoria o podio, pero siempre lejos de un Red Bull que ha competido casi con un sólo piloto... cada vez quedan más lejos esos años de dominio apabullante de la marca alemana en la F1.
Del resto de la parrilla, pues un Aston Martin que ha continuado el declive mostrado en la segunda mitad de la temporada pasada (minimizado gracias a las buenas actuaciones de Alonso rascando puntos), y un interesante duelo en el campeonato de constructores durante la parte final entre Alpine, Haas, y RB Honda, con Williams y Kick Sauber ya fuera de la pomada, descolgados en la parte baja.
De momento ya hay bastantes cambios en los asientos confirmados para la temporada que viene, con mucha savia nueva. El anuncio del fichaje de Hamilton por Ferrari fue todo un terremoto que llevó a Sainz a fichar por una Williams que tratará de volver a ese lugar que, por historia, debería tener. El asiento de Hamilton en Mercedes lo ocupará Kimi Antonelli. En Alpine Jack Doohan (hijo de Mike Doohan) sustituirá a Ocon, que se irá a Haas y compartirá box con Bearman, quién ya ha corrido alguna carrera este año. Sauber también renueva su pareja de pilotos con el fichaje de Hulkenberg y el debutante Gabriel Bortoleto, por lo que, salvo algún cambio de última hora (¿Pérez?), sólo queda por confirmar quién acompañará a Tsunoda en RB Honda.
Por cierto, este año, ante el exceso número de GPs, cabe decir que me he perdido más de una carrera, y de dos, por pura pereza, sobretodo en esos circuitos que por lo general las carreras suelen ser un peñazo. Y he pasado de ver la mayoría de Sprints. La FIA debería replantearse este calendario tan extenso.
Ho!
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